viernes, 19 de mayo de 2017

Cambio climático, acuicultura y pesca: no solo hay que pensar en los peces para adaptarse

Nota aparecida en Aqua.cl en mayo de 2017. Y aquí en Argentina ya se vislumbran efectos del cambio climático en algunos aspectos del desarrollo acuícola y de la sobreexplotación de recursos pesqueros continentales (esto no es necesariamente por el cambio climático sino más bien por el desarrollo de capitalismo explícito), que hacen que esta breve nota se transforme casi en una hoja de ruta para gobernantes e investigadores.

El rol de la acuicultura en un escenario de cambio climático



El Dr. Juan Manuel Estrada, director del Centro de Investigación Marina Quintay de la Universidad Andrés Bello, analiza el panorama que enfrenta la acuicultura en la actualidad.

El rol de la acuicultura en un escenario de cambio climático


Centro de cultivo de salmones (Foto gentileza: UNAB)


 Centro de cultivo de salmones (Foto gentileza: UNAB)
A nivel mundial, la acuicultura cumple un rol fundamental en asegurar el suministro de algas, mariscos y peces, permitiendo que la población pueda acceder a alimentos de alto valor nutricional, indispensables para el normal desarrollo y salud de niños y adultos. Todo esto en un escenario de cambio climático acelerado, pesquerías en declinación y con comunidades y sociedades que demandan un respeto cada vez mayor por el medio ambiente.
Así lo sostiene el Dr. Juan Manuel Estrada, director del Centro de Investigación Marina Quintay (CIMARQ) de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y de la carrera de Ingeniería en Acuicultura en la misma casa de estudios. “En nuestro país los efectos del cambio climático en el océano son evidentes. Así es que los eventos de marejadas pasaron de un promedio anual de 26 durante la última década a más de medio centenar el año pasado, afectando severamente el borde costero y a las comunidades que ahí habitan, lo que obliga al desarrollo de tecnologías y sistemas acuícolas resilientes”, dice el experto.
Por otro lado, la mayoría de las grandes pesquerías pelágicas se encuentran en estado de plena explotación o sobre-explotadas. De acuerdo con el Dr. Estrada, esta situación se replica en las pequeñas pesquerías costeras, cuyos desembarques también han caído significativamente, poniendo en serio riesgo la supervivencia de las comunidades que tradicionalmente realizan la extracción de estos recursos. Al mismo tiempo, cada vez son menos los pescadores artesanales y su edad promedio bordea las cinco décadas: “Esto es grave, porque son ellos los que suministran recursos costeros de alto valor nutricional permitiendo que la población, y los niños en especial, puedan alimentarse con productos pesqueros esenciales para su desarrollo físico y cognitivo”, agrega.
La mayor escasez de recursos pesqueros y pescadores obliga a que el Estado, las universidades y los centros tecnológicos apoyen la reconversión de pescadores artesanales a acuicultores, al igual que países desarrollados como Corea y Japón lo hicieron medio siglo atrás. Sin embargo, la acuicultura -al igual que las pesquerías- enfrenta una compleja crisis de sustentabilidad ambiental, ecológica, económica y social que constituye al mismo tiempo una gran oportunidad para desarrollar un sector diversificado, sustentable y socialmente inclusivo, que contribuya al desarrollo nacional y regional de aquellas zonas más postergadas.
“Este desafío implica, como ya lo han mostrado exitosamente otros países, generar y apoyar líneas de investigación, desarrollo y transferencia tecnológica de mediano y largo plazo. Esto mediante proyectos multidisciplinarios y asociativos entre instituciones de investigación y desarrollo tecnológico junto a asociaciones de pescadores artesanales”, concluye el académico.

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